sábado, 21 de octubre de 2017

Blade Runner 2049


Han pasado treinta años desde que los Blade Runners persiguieran a los replicantes defectuosos. Una nueva generación con esperanza de vida ilimitada se ha integrado en la sociedad, aunque los modelos antiguos aún deben ser "retirados". En este ambiente futuro y decadente se mueve K, un replicante que funciona como Blade Runner y gracias al descubrimiento de una caja iniciará una investigación especialmente compleja e inquietante.

Llega la esperadísima secuela de una de las películas de culto más populares que existen: Blade Runner. Han pasado más de treinta años para que Ryan Gosling recoja el testigo de Harrison Ford. La segunda parte es igual de compleja que la primera, así que pasaré a diseccionarla como se merece, Empecemos.

Para empezar, la fotografía y puesta en escena son dignas de mención. El cine se había acostumbrado demasiado a ofrecernos futuros asépticos, como los presentados en Yo, robot o Minority report, y aquí se agradece que todo sea más sucio y cyberpunk. El avance tecnológico se nota, presentándonos de nuevo Los Ángeles como una ciudad aglomerada y superpoblada, con cientos de anuncios holográficos que me han recordado a Ghost in the Shell. El trabajo en este sentido es excelente, con cada plano cuidado al máximo detalle y unos efectos visuales apabullantes que sin embargo, salvo en algunas ocasiones, no caen en el exceso, reflejando la sociedad futura, sucia y contaminada como es, que ya iba siendo hora de hacer algo auténticamente cyberpunk entre tanta blancura impecable. Espero que si algún día se adapta Akira a imagen real sigan esta tendencia.

Sigamos con la banda sonora, que a mi juicio, y pese a su calidad, baja un punto con respecto a su predecesora. La sombra de Vangelis es muy alargada, y en especial el famoso tema de los créditos finales es inolvidable. Aún así, la música de Blade Runner 2049 es más que correcta, de nuevo y aún a riesgo de repetirme muy superior a las películas medias de acción y ciencia ficción (y sí, lo reconozco aunque me pese: también de superhéroes). Es evidente que Hans Zimmer va a hacer un buen trabajo, y desde luego, como siempre, se luce. Un fondo musical que acompaña a la perfección la historia, muy futurista, eficaz y bello en muchos pasajes, aunque insisto en que a mi juicio no supera la inmortal banda sonora de la primera parte.

Sigamos ahora con el reparto. Ryan Gosling está excesivamente inexpresivo, vale que interpreta a un replicante pero podría haberle puesto más emoción en algunos momentos del metraje. Jared Leto ofrece una buena interpretación pero en exceso turbadora, aparte que, tal como comento más abajo, su personaje es el que menos me ha gustado. Robin Wright en su línea, nada a destacar, y Harrison Ford demostrando una vez más que la veteranía es un grado. Por último hago mención especial a Ana de Armas, quien construye un buen personaje demostrando su creciente talento como actriz. Para mí su interpretación es la más sorprendente e impactante de la película.

Y dejo para el final el que, quizás, sea el aspecto más tortuoso de la cinta: su guión. Al igual que en su momento hizo Ridley Scott, Denis Villeneuve ofrece una historia que puede ser entendida a varios niveles, y que adquiere tintes mesiánicos en varios puntos del metraje, en especial con Niander Wallace, el personaje de Jared Leto. La película tiene un desarrollo lento, necesariamente lento y en nada parecido a lo que vemos últimamente en ciencia ficción, donde todo se resuelve de forma muy rápida y precipitada. Durante sus casi tres horas de metraje se desarrolla una historia por capas que poco a poco va abriéndose al espectador. Cuidado que la película tiene muy poca acción, al igual que su predecesora, y requiere una gran atención para ser entendida en su plenitud, aunque estoy seguro de que ganará tras varios visionados. Pero, definitivamente, no es una película diseñada para todo tipo de público, recoge la antorcha de película de culto y crea una historia intrincada y de múltiples dimensiones que deja la puerta abierta a una posible secuela, aunque tampoco es necesaria (me pregunto si la harán cuando Ryan Gosling tenga la edad de Harrison Ford...) A destacar que introducen elementos de la novela original (¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick) que complementan los ya ofrecidos en la primera parte, haciendo que si has leído la novela esta segunda parte cobre mucho más significado.

En resumen: Blade Runner 2049 no discurre por los caminos de lo fácil sino que ofrece un producto de innegable belleza visual pero complicado de digerir, al igual que lo fue su predecesora. Es difícil de puntuar, así que en este caso me abstendré de hacerlo.