Sin identidad, titulada inicialmente Robada, es una serie
realizada por Diagonal TV y emitida por Antena 3, con guión de Sergi
Belbel, Cristina Clemente y Jordi Vallejo, a los que se suma Manuel
Ríos como coordinador a partir del capítulo 6 y Mónica
Martin-Grande, Victoria Dal Vera y Ramón Tarrés
como guionistas, y dirección de Joan Noguera, Kiko Ruíz Claverol y
Jorge Torregrossa. La primera temporada, que es la que se analiza en
la presente crítica, consta de 9 episodios de 90 minutos cada uno.
El argumento de la serie gira alrededor de la historia de María
Fuentes, una joven abogada madrileña de clase alta, con un gran
corazón que la lleva a trabajar de voluntaria en un centro de
discapacitados y que un día, gracias a unas pruebas rutinarias,
descubre que es adoptada, y no solo eso, también que es una niña
robada. Tirando del hilo acaba desvelando una compleja trama de niños
robados que acaba encerrada en un cárcel china de la que escapa 12
años después, en 2013. Vuelve a Madrid con el nombre de Mercedes
Dantés dispuesta a vengarse de aquellos que provocaron su
cautiverio...
Y de nuevo, me toca criticar una serie de televisión. Sin
identidad mezcla un tema de actualidad, los niños robados, con la
historia de El conde de Montecristo y, según referencias ya que no
la he visto, de la serie Revenge. Los paralelismos con la citada obra
de Dumas son evidentes, no solo en la ya comentada fuga sino en el
nombre de su protagonista, Mercedes Dantés, que es como habría
acabado llamándose la protagonista del libro si se hubiera casado
con Edmundo, pero no vamos a divagar. Tras Gran Hotel pensé que no
se podría subir el listón... hasta que vi El príncipe, y tras El
príncipe pensé que no se podía subir el listón... hasta el martes
siguiente en que empezó Sin identidad.
Gran parte del mérito de la serie lo tiene su realización
técnica, pues Sin identidad no tiene plató, está grabada al 100%
en escenarios naturales. Esto da a la serie una verosimilitud pocas
veces vista, aunque a costa de tener que utilizar muchos más
recursos de lo habitual. Aquí tengo en único “pero” que puedo
poner a Sin identidad: el sonido, que está bastante mal grabado,
sobre todo en los primeros capítulos (después lo arreglan, o quizás
es que mis oídos ya se han acostumbrado), hay veces que tienes que
subir mucho la tele para entender a los personajes, sobre todo a
aquellos que hablan rápido como Luisa, el personaje de Lydia Bosch.
No obstante, la fotografía, iluminación y puesta en escena son
impecables, en este sentido no se le puede achacar ningún defecto,
todo está llevado con una absoluta profesionalidad y se nota el
esfuerzo por ofrecer al espectador lo mejor del equipo.
La dulce María y la vengativa Mercedes, dos caras de la misma moneda
La serie transcurre en tres épocas: 2001, tiempo en que María
descubre toda la trama que rodeó a su adopción, y que es el pilar
alrededor del que gira esta primera temporada, se inicia en un día
muy significativo, el 11 de septiembre, con el atentado de las Torres
Gemelas de fondo, que se desmoronan al mismo tiempo que lo hace la
vida de María, 2013, donde Mercedes llevará a cabo su venganza, que
se reserva para la segunda temporada, y el nexo entre las dos, el
tiempo que María pasa en la cárcel y podemos asistir a su
transformación a Mercedes, de niña mimada a mujer fría y
vengativa, y que a mi juicio ofrece los mejores momentos de la
primera temporada, aunque es la que se abandona antes (algo lógico,
por otro lado).
Y ahora, analicemos el trabajo actoral.
Obviamente, tengo que empezar por su protagonista... y me da
rabia, porque yo siempre la dejo para el final, como a todo lo bueno,
pero ahí va. Megan Montaner interpreta a María/Mercedes, en su
segundo papel protagonista en televisión (tras la inolvidable Pepa
de El secreto de Puente Viejo), y sin dejarme arrastrar por mi
admiración por ella, puedo decir que hace un trabajo digno de loa,
cargándose a las espaldas una serie que no es fácil de llevar y
desplegando toda la fuerza, brillantez y talento que lleva dentro,
igualando e incluso superando en ocasiones a todos sus anteriores
papeles. Megan es la elección perfecta para este papel, nadie lo
habría podido hacer como ella, ya sea como dulce jovencita o como
fría vengadora, ejecuta su papel con una pulcritud y madurez que
rayan en lo increíble. Ojalá se llegue algún TP de Oro u otro premio de
la televisión, porque realmente se lo merece. Su talento innato
sumado a su experiencia en televisión se mezclan en este papel.
Megan llora como nadie, sufre como nadie y aquí lo demuestra, quizás
por eso mis escenas favoritas son las de la cárcel, es donde más la
castigan y por tanto, más puede demostrar lo mucho que vale para los
papeles dramáticos. Megan, de verdad, ojalá leas esto, me has
vuelto a dejar con la boca abierta, un grandísimo aplauso virtual
para ti y me alegra ver que te sigues superando en cada papel que
haces.
Uno de mis sueños cumplidos viendo Sin identidad ha sido ver una foto de Megan de peque... ¡qué mona!
Siguiendo con las actrices jóvenes, la réplica de Megan se la da
Verónica Sánchez, que interpreta a Amparo, hermana melliza de
María, chica que vive en un barrio pobre de Andalucía y ve en
María una oportunidad para tener la vida que su ambición siempre ha
querido pero su situación no le ha permitido. No conocía a Verónica
y la verdad, me ha sorprendido, su construcción de Amparo es tan
buena como la que hace Megan con María, una chica ambiciosa en
extremo y sin escrúpulos capaz de pisotear a cualquiera con tal de
cumplir sus objetivos, aunque hacia el final salga a relucir su lado
más humano.
En el lado joven y masculino tenemos, para empezar, al galán de la
serie, Juan Prados, abogado que investiga casos de niños robados y es
interpretado por Daniel Grao, a quien yo había visto en papeles
secundarios como el de nuevo comisario en Águila Roja o de profesor
en Tormenta (donde también trabaja Megan, por cierto), y me ha
parecido que hace una interpretación algo más que correcta,
brillante en ocasiones, aunque entiendo que es un tipo de papel que
tampoco da para realizar cosas demasiado pasionales, ya que Juan es
ante todo una persona comprometida y ligeramente flemática. No
obstante, tiene secuencias extraordinarias que Daniel lleva con total
profesionalidad, ningún defecto achacable a un personaje que,
seguramente, ganará en la segunda temporada y puede que nos de
alguna sorpresa.
Otro personaje masculino joven es Pablo, hacker que ayuda a María
en sus investigaciones, interpretado por el actor cómico Eloy
Azorín, de quien ya hablé ampliamente en mi crítica de Gran Hotel.
Pablo es un personaje un tanto friki (como yo, vaya), poco dado a las
relaciones sociales que enseguida traba amistad con la joven abogada.
Papel que Eloy mantiene en su línea, dando seriedad cuando hace
falta y humor cuando es necesario, aunque dado el argumento general
de la serie tampoco es que el humor abunde mucho, pero aún así él
intenta dar el toque cómico tanto como puede.
El tercer guaperas de Sin identidad es Bruno, primo de María,
personaje ambiguo que se debate entre el bien y el mal. Jeta y pijo
redomado, ama a su prima de forma enfermiza pero cuando se da cuenta
de lo que realmente pasa intenta ayudarla, para luego volverse contra
ella, para luego... en fin, un personaje que es toda una espiral de
emociones contrapuestas. Le da vida Miguel Ángel Muñoz, actor que
yo conocía de Un paso adelante y a quien, sinceramente, no le tenía
en demasiada consideración, me parecía algo mediocre y me mostraba
algo escéptico al principio, pero aquí no es que haya evolucionado,
es que directamente ha evolucionado y se ha reinventado,
sorprendiéndome gratamente. Esto me hace pensar que la calidad de un
producto puede tapar el talento de un actor (UPA nunca me pareció
una gran serie), así que nada, siempre es agradable redescubrir para
bien actores que ya conocías.
Ahora, vamos con los personajes más adultos, y es obligatorio
empezar por la gran dama de la serie: Victoria Abril, que interpreta
a Fernanda, madre biológica de María y Amparo, una mujer pobre e
inculta que ha hecho de todo para sobrevivir, honesta y decente pero
consumida por su vida y por el alcohol. De verdad, ojalá esta serie
sirva para que Victoria haga más cosas en España, porque es una
verdadera pena que una actriz tan talentosa, que además aquí
realiza una interpretación digna de loa y sin defecto alguno, esté
tan denostada en nuestro país. No voy a abrir un debate sobre el menosprecio del arte y los artistas españoles (algo que, como
escritor, vivo cada día), solamente diré de Victoria que su papel
me ha recordado un poco al que hizo en Nadie hablará de nosotras
cuando hayamos muerto, y que esta mujer es increíble, o mejor dicho,
creíble hasta el fin. Victoria es Fernanda y Fernanda es Victoria,
no hay más, no hay adjetivos para describirla, es una actriz genial
y aquí lo demuestra.
Victoria Abril como Fernanda
La otra dama de la serie es Lydia Bosch, que interpreta a Luisa,
madre adoptiva de María y mujer en una posición social
privilegiada. La inclusión de estas dos actrices hizo que en mi
mente Sin identidad se ganara el apodo de “la serie del Un, Dos,
Tres”, ya que las dos fueron azafatas del mencionado concurso.
La interpretación de Lydia es muy buena, sobre todo en los capítulos
finales, pero para mi gusto es la gran perjudicada de la ya comentada
grabación de sonido de la serie, su voz grave y de tono bajo
queda muy apagada y a veces no se la entiende. Una pena porque Luisa
es un personaje que, aunque no se pueda calificar de “malo”, sí
que es ambicioso a más no poder, en la línea de Amparo, y sobre
todo muy celoso de su posición social y su poder, y como digo Lydia
lo hace estupendamente. Quizás la única “pega” sea que no hay
apenas duelo interpretativo con Victoria Abril (así como sí que lo
hay, por ejemplo, entre Megan y Verónica), yo personalmente habría
aprovechado más la presencia de estas dos actrices de primera, pero
obviamente la historia gira alrededor de Mercedes y su venganza y así
debe ser.
Siguiendo con los hombres, tenemos a Jordi Rebellon, a quien vi en
Hospital central como el doctor Vilches, y con quien me crucé un par de
veces por la calle ya que creo que antes vivía por mi barrio.
Interpreta a Franciso José, juez padre adoptivo de María. La verdad
es que tiene una gran química con Megan, realmente viéndoles uno
puede llegar a pensar que son padre e hija, y eso se agradece. Sus
escenas juntos son muy buenas, aunque quizás con Lydia Bosch falle
algo más, en parte debido a la frialdad que desprende el personaje
de Luisa. Me han gustado las dudas que plantea este personaje, al
principio no sabes de que pie cojea y no es casi hasta la mitad
tirando al final cuando te das cuenta de su auténtica forma de
pensar. A ver con que nos sorprenden en la segunda temporada con
respecto a Francisco José, puede dar mucho juego.
Y, finalmente, el otro hombre de la serie, Enrique, tío de María,
hermano de Luisa y padre de Bruno o lo que es lo mismo, Tito
Valverde. Poca presentación necesita este veterano actor, versátil
tanto en la comedia como en el drama, y que aquí pasa de personaje
sin apenas importancia en la trama a pieza clave de la misma.
Valverde compone un hombre de dinero pero basto, dando a entender que
proviene de una familia pobre y se ha hecho a sí mismo, y también
que no se detiene ante nada, tiene varios momentos estelares de muy
buena factura que no voy a revelar, pero especialmente algunas
escenas con Victoria son para quedarse boquiabierto. Da perfectamente
la réplica a cualquiera de los otros actores y está genial en su
papel, que seguro, segurísimo, va a ganar y va a dar mucho de sí en
la segunda temporada.
El reparto al completo
Y ahora, analizaré algunos secundarios, de forma algo más breve,
espero que si alguno me lea no se enfade por dedicarle menos espacio,
pero la crítica manda.
Elvira Mínguez como Sor Antonia, dirigente del orfanato donde se
venden los niños ilegalmente, se ve desde el principio que es
malvada. Muy meritoria en los primeros capítulos, lleva gran parte
de la trama de estos, aunque más tarde es desplazada por otros
personajes.
Antonio Hortelano como Curro, novio de Amparo, si esta es una
barriobajera con ambición, Curro se lleva la palma, no se detiene
ante nada con tal de conseguir sus objetivos, un sicario en toda
regla que se contiene al principio y se desencadena al final.
Cristina de Inza como Eugenia, esposa de Enrique, mujer de gran
moralidad que se siente algo incómoda en medio de una familia de
secretos y mentiras, y que en alguna ocasión llega a sorprender, con
dos o tres escenas de gran calidad.
Luis Mottola como Roberto, amigo argentino de Bruno y poseedor de
su propia historia de niños robados y venganza, yo ya le conocía de
El internado. Aquí, además de su talento como actor, demuestra sus
grandes cualidades físicas en alguna pelea y escena de acción donde
está genial.
Y, finalmente, y lo dejo para el final porque probablemente sea el
actor con más mérito, Luismi Astorga como Carlos, hermano con
síndrome de Down de Pablo y uno de los chicos del centro al que va
María. Me parece muy meritorio que se pongan minusválidos
auténticos, y no actores interpretando a discapacitados, en
producciones. ¿Por qué no? Si Luismi puede aprenderse los diálogos
y se puede trabajar con él, no veo nada negativo en ello, más
cuando encima su personaje es tocayo mío. Así pues, Luismi me
parece todo un ejemplo, y ojalá se rompa una lanza en favor de este
colectivo.
Sin duda, el actor más entrañable de la serie
Y eso es todo, una serie que empieza muy bien y, esperemos, no se
tuerza ni se alargue en exceso por imposiciones de la cadena.
Esperando con ansia la segunda temporada, mi puntuación general para
la primera es de 8, puntos positivos para casi todo, actores de diez
encabezados por la mejor actriz de su generación, dirección y guión
impecables, con el ya comentado “pero” de la grabación de sonido
en los primeros capítulos. ¿Logrará Mercedes Dantés culminar su
venganza? Lo veremos en... SIN IDENTIDAD.
EDITADO EL 5/9/2014: Megan Montaner ha recibido el premio "Una revelación con identidad" en el FesTVal celebrado en Vitoria debido a su papel de María Fuentes/Mercedes Dantés. Fotos cortesía del Twitter oficial de FesTVal y de la página Megan Montaner CDF y Megan Montaner Site.
Megan posando en el festival
Con el premio en la mano. ¡Felicidades, guapísima!
En una de sus divertidas poses. ¡Te queremos!
Vídeo de Megan recibiendo el premio. Cortesía de la cuenta de Youtube de
:
No hay comentarios:
Publicar un comentario