Sí, lo se, se que esto no es lo que
critico normalmente, se que este blog no trata de este tipo de
productos (aunque esto va a cambiar un poco a partir de ahora), pero
es que quería romper una lanza, desde este humilde rincón (y
aparte, es mi cumpleaños :P), por uno de los productos nacionales
más dignos y redondos que se han hecho jamás: la serie “Gran
Hotel”, cuyo fin ya hemos podido ver. Líder de audiencia, y a
pesar de todo vapuleada y criticada por muchos por una razón muy
sencilla: en España, aparte de despreciar el producto nacional (algo
que sufro en mis propias carnes) y ser un país de envidias y
cotilleos, muchas veces olvidamos que no se pueden ver todos los
productos con la misma actitud. Obviamente, yo no le pido lo mismo a
una serie como Gran Hotel que a una como Doctor Who, al igual que no
le pido lo mismo a una película como Chocolat que a una como Man of
Steel. Son productos distintos (ni mejores, ni peores, sencillamente
distintos) y requieren aproximaciones distintas... pero bueno, no me
enrollo más y voy al lío.
Es de sobra conocido que en este país
no gusta nuestro cine. La inexistente industria del celuloide español
ofrece, sin duda, productos de calidad y dignos, pero que no llegan
al gran público, en muchas ocasiones por una inexistente promoción
que hace que pasen desapercibidos frente a las producciones
americanas. Así pues, la televisión parece haberse convertido en
la tabla de salvación del profesional del entretenimiento patrio,
ofreciéndonos producciones de cada vez más calidad que no tienen
nada que envidiar a los productos de, por ejemplo, la BBC (salvando
las distancias, obviamente), y son definitivamente mejores que muchas
cosas estadounidenses. El hecho de que actores consagrados del
panorama nacional no tengan problema en trabajar en este tipo de
productos, sin duda, redunda en favor de su calidad final.
Es el caso de Gran Hotel, serie
producida por Bambú producciones y emitida por Antena 3, con guión
de Ramón Campos y Gema Neira, y dirección principal de Carlos Sedes
y Silvia Quer, con varios más. Sus actores principales son la gran
Adriana Ozores en el papel de Teresa Alarcón, y los nuevos talentos
Yon González como Julio Olmedo y Amaia Salamanca interpretando a
Alicia Alarcón, y en su elenco destacan los actores Lluis Homar,
Manuel de Blas, el tristemente desaparecido Juan Luis Galiardo y la
gran diva de la pantalla Concha Velasco, que nos ofrece una magnífica
y genial interpretación como Doña Ángela, gobernanta del Gran
Hotel.
El argumento principal de la serie, que
mezcla suspense y romance, gira alrededor de una familia acomodada de
principios del siglo XX, los Alarcón, compuesta por Doña Teresa
(Adriana Ozores), una mujer viuda, y sus hijos Sofía (Luz
Valdenebro), Alicia (Amaia Salamanca) y Javier (Eloy Azorín). La
fuente principal de su fortuna es un hotel de lujo en el que se
hospeda lo más granado de la sociedad de la época, llamado
sencillamente el Gran Hotel y situado en el municipio ficticio de
Cantaloa, en Cantabria. Al hotel llega Julio Olmedo (Yon González),
un joven de origen humilde que investiga la misteriosa desaparición
de su hermana Cristina (Paula Prendes), quien sirve como doncella.
Este arranque argumental desembocará en numerosas tramas y subtramas
protagonizadas por diversos personajes a cual más interesante.
[Atención: a partir de ahora, será
inevitable soltar algunos SPOILERS]
Es difícil destacar algo de una serie
de tanta calidad, pero por algún sitio hay que empezar, y como las
producciones suelen iniciarse por un guión, comenzaré por ahí:
sólido, con numerosas subtramas que se resuelven de forma eficaz y
satisfactoria, sin lagunas ni cabos sueltos (ya podría aprender el
tan laureado y a mi juicio sobrevalorado J. J. Abrams de Campos y
Neira, en serio...) Personajes muy bien hechos, un argumento que no
se desvía en ningún momento y los giros argumentales sorprenden y
encajan para bien, siguen la línea marcada, algo muy loable en estos
tiempos en que las series se hacen con prisas y todo debe ser
inmediato y, en ocasiones, chapucero. Por cierto, señor Campos, si
usted me lee que sepa que lo que dije en twitter de que Andrés era
un personaje “matable” no quería decir que no me gustase el
personaje o – como ya menciono más abajo – la interpretación de
Llorenç, sencillamente opino que su muerte en aquel momento habría
desencadenado numerosas subtramas que habrían desembocado en una
cuarta temporada que al final no se realizó... valga decir que en
aquel momento estaba leyendo una novela de Canción de Hielo y Fuego
(alias Juego de Tronos), y la costumbre de Martin de matar personajes
con una facilidad increíble se me había pegado...
En cuanto al trabajo de dirección,
impecable en todos sus aspectos. El bello escenario (el Palacio de la
Magdalena situado en Santander, aunque los interiores fueron
recreados para la serie en un plató de Madrid) es inmejorable, la
fotografía y el juego de luces son tremendamente impresionantes, con
un verdadero sabor de serie de época, hecho con muy buen gusto y
gran amor y cariño al producto que se está tratando y a sus
espectadores. Cada fotograma está cuidado al máximo, ofreciéndonos
algunas escenas dignas de un cuadro de Sorolla. Y, por supuesto, no
puedo dejar de mencionar el increíble vestuario, tanto masculino
como – especialmente – femenino, que de verdad consigue
trasladarnos a principios del siglo XX y al sentimiento de lujo y
opulencia del Gran Hotel. No hay pegas en este sentido, grandísimo
trabajo, aunque me consta que las actrices sufrieron mucho con los
apretadísimos corsés que se llevaban en aquella época.
Y ahora, procedamos a la parte más
visible de toda producción cinematográfica: el trabajo actoral.
Gran Hotel, como digo más arriba, tiene grandes personajes que son
encarnados por magníficos actores. El reparto es muy amplio, y me
disculpo de antemano si a algunos actores no les dedico todo el
espacio que merecerían, no obstante intentaré ser lo más amplio
posible.
Es de menester empezar por la, sin
duda, gran dama de la serie: Concha Velasco. Poco hay que decir de
esta magnífica actriz que no se sepa ya, su Doña Ángela, mujer
humilde que oculta varios secretos, piensa en el bienestar de su hijo
ante todo y acaba convirtiéndose en una gran señora, es
sencillamente magistral. Es evidente que una actriz con tantas tablas
como ella va a hacer un buen papel, pero realmente se supera a sí
misma, ofreciéndonos una interpretación digna de loa que sorprende
a cada minuto. Su forma de hacer creíble a su personaje
(especialmente la relación con Andrés) roza la perfección, y
merece, sin duda, el mayor de los respetos y la ovación más grande.
A su estela sigue otra veterana y
magnífica actriz que es Adriana Ozores, que protagoniza la serie
encarnando a Dona Teresa Alarcón, personaje ambiguo que se debate
entre el bien y el mal (al igual que su hija Sofía, pero eso lo
comento más abajo), en un viaje catárquico que la deriva hacia una
mayor bondad debido a diversos hechos relacionados con su familia, a
reencontrar el amor que creía perdido y a darse cuenta de que muchos
a su alrededor no son lo que parecen. Magistral la actuación de
Adriana, que demuestra, al igual que Concha Velasco, que tiene tablas
para dar y vender, y construye un personaje impecable que pasa de
centro de todas las intrigas a víctima parcial de algunas de ellas.
Impecable interpretación y genial personaje a la medida de la actriz
que lo encarna.
Tenemos en tercer lugar a Yon González,
actor joven que interpreta a Julio Olmedo de forma eficaz y pulcra,
ofreciéndonos un joven humilde, de provincias y algo inculto en
ocasiones. Resulta un hombre duro y acostumbrado a la vida difícil,
impulsivo, luchador y heroico. Yon le da un toque eficaz, con mucha
fuerza, en general correcto, aunque se le nota la juventud. No
obstante, alabo su mejora como actor desde que le vi en El internado,
aquí está mil veces mejor (también el papel es totalmente
distinto, evidentemente), ofreciendo algunos momentos brillantes,
como su buen hacer durante la resurrección de Andrés, y sobre todo
mostrando un matiz de “héroe tosco” o de “bueno con matices”
que, la verdad, le cuadra muy bien a un personaje como el de Julio.
Sigue así, Yon, tienes un gran futuro.
Siguiendo con los papeles protagónicos,
por último tenemos a Alicia Alarcón, interpretada por Amaia
Salamanca... esta vez, y muy a mi pesar, no voy a ser tan positivo,
ya que si bien el personaje tiene posibilidades, la interpretación
de Amaia no pasa de correcta, creo que le falta soltarse un poco y
ofrecernos algún momento de brillantez. Entiendo que su personaje
(una chica comedida, de buenos modales, educada para ser sumisa y
casarse por conveniencia) tenga que ser así, y más en la época en
que está ambientada, pero... la verdad, podría haber dado más de
sí. Por supuesto, con todos mis respetos hacia la actriz, y sin
poner en duda ni su calidad como persona ni su indiscutible belleza,
creo que le falta el empuje y la fuerza que otros personajes y
actores de la serie poseen. Sin duda, aún tiene que llegar su gran
momento, Gran Hotel no lo ha sido (al menos para mi), pero estoy
seguro que algún día nos sorprenderá, le veo madera para ello. Te
lo deseo de corazón, Amaia, y espero que si lees esto no te ofendas
por mi opinión.
Las dos grandes damas de la serie, frente a frente.
Obligatorio quitarse el sombrero
Empecemos abordando los secundarios,
para mi una de las grandes bazas de la serie, con el ya mencionado
Andrés, mejor amigo de Julio e hijo de Doña Ángela, que también
trabaja como camarero. Es encarnado por mi paisano Llorenç González,
que ofrece un personaje bonachón e inocente, el contrapunto del
carácter bravucón de Julio. Posiblemente, uno de los personajes que
más evoluciona durante la serie, especialmente cuando se descubre
que en realidad es hijo del fallecido patriarca de la familia.
Personalmente cogí mucho cariño a este personaje, me sentí
identificado con él y creo que Llorenç lo interpreta de forma más
que correcta, especialmente la relación con su madre ficticia, Doña
Ángela. Ambos forman un tándem que protagoniza una historia de
vínculo materno-filial muy bien llevada por ambos y con algunos de
los mejores momentos de la serie. Aparte, también protagoniza una de
mis secuencias favoritas, la ya mencionada resurrección.
Siguiendo con los personajes
masculinos, tenemos a Alfredo Vergara, marido de Sofía Alarcón y
marqués, interpretado por Fele Martínez. Personaje muy interesante
(uno de mis favoritos junto a Maite y Javier) al ser un “noble
noble”, es decir, no solamente es de noble cuna sino que encima es
un hombre de honor, algo muy de la época, y no pone en duda la honra
de nadie, cegándose ante evidentes actos criminales o inmorales que
ocurren a su alrededor. Sin duda, representa muy bien al potentado
arquetípico de aquellos años y el buen hacer de Fele, un actor de
raza que siempre borda sus papeles (aún le recuerdo en “Tesis”
diciendo “Por favor, por favor” con aquella escalofriante voz
susurrante), y que en esta serie, como no podía ser menos, está
impecable, interpretando a un hombre honorable en medio de un cúmulo
de intrigas y traiciones. No puedo dejar de mencionar tampoco el
estupendo trabajo de la veterana Kiti Mánver como la marquesa de
Vergara, madre de Alfredo, una mujer mucho más espabilada y
consciente que su hijo, que le intenta abrir los ojos a toda costa
sin acabar nunca de conseguirlo del todo.
El siguiente en la lista de los que
aparecen desde el principio (de las incorporaciones de la tercera
temporada hablaré más abajo) es el pequeño de la familia Alarcón:
Javier. Interpretado por Eloy Azorín, es un personaje ideado para
dar el contrapunto cómico a la intensidad y el drama de la serie,
resulta el centro de las situaciones más divertidas. Niño mimado,
alocado, juerguista y vividor, es un personaje sencillamente genial,
y Eloy le da un toque único y memorable, metiéndose en mil y un
embrollos. Diría que es el personaje al que más cosas le pasan
durante la serie: se enamora de una mujer más mayor (interpretada
por la magnífica Silvia Marsó), le mandan al ejército, se casa
con... bueno, más abajo comento con quien se casa, que su esposa
tiene narices... y recibe montones de bofetadas. En definitiva, un
personaje que podría protagonizar una serie de comedia por sí
mismo. Con la escena que acaba con la frase: “¡Ese cura es un
fenómeno!” me carcajeé como hacía días que no me reía, en mi
opinión es la más divertida de toda la serie.
Continuando con los personajes cómicos,
tenemos dos muy curiosos: los policías, que se mueven entre la
seriedad de ayudar (a veces de forma encubierta) al tándem de
investigadores formado por Alicia, Julio y posteriormente, Maite (de
nuevo, de quien hablo más abajo) y el humor más absoluto al estilo
“pareja de cómicos” como Stan Laurel y Oliver Hardy o Abbot y
Costello. Encarnados por el veterano y magnífico actor catalán Pep
Anton Muñoz como el inspector Ayala y el divertido Antonio Reyes
como el agente Hernando, ofrecen momentos tan divertidos como los de
Javier Alarcón, y también serios y dramáticos cuando la ocasión
lo requiere (bueno... salvo Hernando, que no deja su papel de
personaje cómico nunca). Debatiéndose siempre entre la legalidad y
el deber, agitándose entre lo serio y lo divertido, así son estos
dos particulares agentes que merecerían una serie para ellos
solitos.
Cambiamos de rumbo para analizar a una
de las chicas. A las ya mencionadas Adriana, Concha y Amaia se une
Luz Valdenebro, que interpreta a Sofía Alarcón, hija mayor de Doña
Teresa y esposa de Alfredo Vergara. Personaje ambiguo e interesante,
que se debate entre el bien y el mal, es uno de mis favoritos.
Personalmente no la calificaría de “mala”, pero sí de egoísta,
entendiendo que da más importancia a sus intereses y a los de su
familia que a los sentimientos. Casada con un noble, hace y deshace a
lo largo de toda la serie, no estando en el centro de ninguna trama
pero tocando de refilón muchas de ellas y caminando entre dos y más
fuegos. Las estupendas tramas alrededor de Sofía y el esfuerzo de
Luz por dar credibilidad a un personaje tan complejo es admirable,
personalmente lo considero uno de los más ricos en matices. Por otro
lado, el enorme esfuerzo que hace la actriz para camuflar su fuerte
acento cordobés y ofrecernos un castellano más cercano al del norte
no tiene precio, un aplauso tanto a la actriz como a su personaje.
Y ahora, vamos con el contrapunto de
todos los demás: los malos. Como bien menciono más arriba, Teresa
Alarcón empieza siendo uno de ellos, y quizás nunca abandona del
todo esa actitud, pero el gran malvado de la serie es Diego de
Murquía, esposo de Alicia y director y administrador del hotel. Está
interpretado por Pedro Alonso, actor a quien sinceramente no conocía,
y que construye un malvado a conciencia, del que realmente te llegas
a creer que pueda ser así... es la magia de los actores, claro,
hacerte creer que son personas totalmente distintas a como en
realidad son. Diego es un verdadero bastardo, violento y cruel que se
va volviendo progresivamente loco hasta desembocar en la psicopatía
más absoluta, pero no por ello un personaje plano, al contrario,
está lleno de matices y en ocasiones las pasa canutas, sobre todo en
la tercera temporada cuando se descubren algunos secretos sobre su
pasado y su verdadera identidad, lo cual es lo que le vuelve
definitivamente loco. En definitiva, un trabajo más que digno por
parte de Pedro, que sabe sacarle punta a un personaje antipático
pero que se nota que se lo ha pasado muy bien interpretándolo.
La otra malvada de la serie es Belén,
encarnada por Marta Larralde, actriz no muy conocida pero que como
bien dice ella misma ha hecho muchas cosas, especialmente teatro y
cortometrajes. Doncella del hotel, esposa de Andrés por pura
conveniencia, y una verdadera lagarta que se aprovecha de la extrema
bondad de su marido, también pasa por numerosas situaciones
(incluyendo perder un hijo y prostituirse) demostrando que su egoísmo
y ambición no tienen límites. Un papel codiciado por muchas
actrices (que sé que los papeles de malo gustan mucho, aunque como
escritor, reconozco que a mi también me encanta crear malos) que
Marta encara con mucha profesionalidad, ofreciendo momentos más que
dignos y en los que realmente llegas a pensar “menuda perra”,
sobre todo cuando ves como le toma el pelo a su marido, que como es
todo bondad no se percata de nada, y los duelos interpretativos con
Concha Velasco son magistrales. En definitiva, un personaje
antagónico tan interesante como Diego, aunque al estar centrado en
tramas más secundarias quizás queda algo deslucido en momentos
puntuales. Aún así, ninguna queja.
Uno de los momentos cumbre de la serie, Doña Teresa
fustigando a Belén delante de todo el servicio
El malo de la primera temporada es el
primer maitre, Benjamín, interpretado por el estupendo y veterano
actor extremeño Manuel de Blas. Un personaje que pasa desapercibido
y que oculta un oscuro secreto, ya que es un asesino en serie
conocido como “el asesino del cuchillo de oro”, que lleva años
matando, algo de lo que nos percatamos con la serie ya bastante
avanzada en uno de los giros argumentales más magistrales jamás
creados. De Blas construye un psicópata más cercano
(afortunadamente) a Hannibal Lecter que a Jason Voorhes, con la
sutileza que un papel así requiere. Sus expresiones faciales, gestos
y cambios de mirada son increíbles, comparables a los de Hopkins.
Personaje con mucha fuerza que encuentra un justo final y que supone
un avance de lujo para lo que se avecina.
Como he dicho más arriba, en la
tercera temporada se incorporan nuevos personajes, que vienen a dar
más interés a los ya establecidos y a añadir mayor riqueza y
complejidad a las tramas. Voy a analizarlos:
Empecemos por el nuevo maitre, Jesús
Cisneros, interpretado por el veterano actor catalán Lluis Homar, y
que es el principal motor de la trama sobre la verdadera identidad de
Diego, ya que establece una trama de venganza personal contra él.
Personaje ambiguo, que parece tener muy claras las cosas al principio
pero que un romance con Doña Teresa hace que sus planes se diluyan,
lo cual de paso provoca la evolución tanto de la protagonista de la
serie como del propio Cisneros, que acaba volviéndose mucho más
humano y menos cruel. Cisneros resulta un “enemigo de mi enemigo”
muy atractivo y que sorprende en cada plano, girando el argumento
hacia derroteros inesperados, y Homar aporta muchos matices al
personaje, tantos como De Blas hace con el suyo, aunque por supuesto
no es para menos dada la grandeza de este magnífico actor, que me ha
gustado tanto como en “Los Borgia” o incluso más. Poco que
decir, sencillamente sin este personaje la tercera temporada no
habría sido la misma.
El segundo personaje masculino en ser
añadido a la tercera temporada es el Padre Grau, un cura que de
beato tiene bien poco, encarnado por el también catalán Roger Coma.
Incorporado para desarrollar una nueva trama para Sofía (se hacen
amantes... por cierto, ¿por qué todas las escenas de sexo en una
iglesia ocurren dentro del confesionario? ¿Qué tendrá ese lugar?),
resulta otro personaje ambiguo, que no sabes muy bien por donde va y
da pie a alguna que otra sorpresa, y una evolución tanto en el
personaje de Sofía (parece que todo es ambigüedad alrededor de este
personaje, bien de nuevo por los guionistas) como en el de su marido
Alfredo, que acaban afianzando su relación y recuperando la
confianza el uno en el otro. Muy correcta interpretación por parte
de Coma, en un papel secundario pero importante por su peso en las
tramas, y sobre todo por hacer que el interesante personaje de Sofía
no decaiga en ningún momento.
La tercera nueva incorporación es
Laura, encarnada por la genial, deliciosa y, aparte de actriz,
estupenda escritora Marta Hazas (y sí, he leído tu blog y me parece
genial, Marta, ¡felicidades!), natural de Santander, por lo me
consta que este papel ha supuesto un orgullo para ella. Laura es la
esposa de Javier, enfermera y descendiente de una rica familia. Lo
que en principio parece un idílico matrimonio por ambas partes (él
la ama y su madre, Doña Teresa, la quiere por la dote), acaba
convirtiéndose en un divertido infierno cuando se descubre que Laura
es una esquizofrénica obsesionada por una muñeca llamada Simoneta,
con quien habla como si estuviera viva, y a la que en algunos
momentos trata como si fuera su propia hija, lo que genera toda una
serie de desternillantes situaciones. Ya conocía a Marta de El
Internado, donde interpretaba a Amelia, y la verdad es que tanto en
una como en otra serie me parece una genial actriz que encarna a la
perfección cualquier registro, mostrándonos aquí su lado más
cómico. Su sonrisa pícara y su forma de mirar entre tímida y
atrevida, aparte de sus evidentes dotes interpretativas, dan a Laura
un matiz extraordinario que creo que pocas actrices habrían podido
igualar. Un personaje tragicómico, que divierte y apena a partes
iguales, y que trae de cabeza al alocado de Javier, creando
situaciones divertidas que de nuevo contribuyen a calmar el tenso
ambiente del Gran Hotel. En definitiva, un tándem de tercera
temporada que deja un muy buen sabor de boca.
Y quería dejar para el final la cuarta
incorporación de la tercera temporada... o lo que es lo mismo, mi
gran descubrimiento, sin duda lo mejorcito de la serie: la
absolutamente maravillosa, magistral, increíble, inconmensurable, estupenda,
brillantísima, genial, preciosa, simpática, dulce, alegre,
arrebatadora, y paro de poner adjetivos porque a este paso voy a
llenar tres páginas, Megan Montaner. También introducida en la
tercera temporada, da vida a Maite Ribelles, mejor amiga de Alicia,
abogada (y sí, se que es un fallo histórico que haya una abogada en
1910, pero ahora me vais a decir que en las películas americanas no
se toman licencias... ¿o es que “Abraham Lincoln: cazador de
vampiros” es una película históricamente fiel?), mujer enérgica,
culta y de mundo, un poco el contrapunto de Alicia, e investigadora
que se une a la pareja protagonista en sus pesquisas, cada segundo
suyo en pantalla y cada plano de sus enormes ojos son un regalo para
el espectador. No se me acaban los elogios hacia esta joven actriz,
que en pocos meses se ha convertido en mi favorita (¡ha desplazado a
Scarlett Johanson del primer puesto de mi lista personal!), y me
quedaré corto al elogiarla, su talento, esfuerzo y trabajo desde el
principio hasta el fin es digno de loa. Sin duda, está destinada a
convertirse en una gran dama de la pantalla, no puede ser de otra
forma, derrocha esmero y encanto por todos lados (aparte de ser
bellísima, a la vista está). Megan, ojalá leas esto algún día:
te has ganado un lugar en mi corazón, prometo que veré todas tus
series en la tele, iré a ver todas tus películas al cine (porque
vas a hacer muchas películas, seguro) solo porque las haces tú... y
yo nunca me muevo por actores, siempre lo hago por temáticas. Y
además, las criticaré aquí, prometo intentar ser neutro, aunque
contigo me es casi imposible. De verdad, estoy deseando ver todos tus
próximos trabajos, ya sea en la pequeña, la gran pantalla o el
teatro... ¡y si algún día se hace una película de uno de mis
libros la protagonizarás tú, prometido! (bueno, esto... si la
productora quiere, claro... pero tú confía en mi...). Y además,
paisana de mi madre, ¿qué mas se puede pedir? ¡Viva San Lorenzo y
viva Huesca!. No mereces menos, gracias por el regalo que ha supuesto
Maite... que, por supuesto, y no podía ser de otra forma, se ha
convertido en mi personaje favorito, y su final es precioso. Por
cierto, que esta señorita habría ofrecido una Lois Lane mil veces
mejor que Amy Adams... por lo menos, ¡mucho menos sosa!. Directores
de casting de Man of Steel, ¿por qué no se os ocurrió venir a
España? (para encontrar lógica a estos últimos comentarios, os
remito a mi crítica anterior: http://criticasmuyconstructivas.blogspot.com.es/2013/06/el-hombre-de-acero_22.html ).
Me perdería durante horas en esos ojazos...
Cortesía de MizonaTV
Por supuesto, los actores principales y
secundarios no serían nada sin todo lo demás, y en este caso los actores de reparto (que no puedo dejar de mencionar, o si no Raquel Sierra me viene a buscar a mi casa...) y la
figuración es tan genial como todo lo demás.
Por supuesto, magníficamente caracterizados y muy correctos cada uno
en sus papeles, demostrando esos modales contenidos que todos los
mayordomos y criados de la época poseían, y cotilleando a
escondidas cuando nadie (salvo Doña Ángela, por supuesto) puede
oírles. Como homenaje a todos, y sintiendo no poder reservarles el
espacio que dedico a los actores principales, voy a destacar dos
escenas que me encantaron, una en la que el recepcionista del hotel,
interpretado por el actor de reparto Dion Córdoba, es “pillado” fumando y bebiendo
en el despacho de Diego porque este le ha dicho que lo ocupe para
despistar a los demás, y el interrogatorio que mi adorada Maite
realiza al servicio (creo que es la vez que más la llaman “señorita”
en toda la serie...) a propósito de la desaparición de Alicia,
donde mantiene un interesante diálogo con Natalia, interpretada por
la ya mencionada actris de reparto Raquel Sierra. Quizás no parezca tan relevante como
el metraje principal, pero por supuesto tiene su importancia y no
puedo dejar de mencionar mi respeto y admiración por todos esos
pequeños momentos que los extras y figurantes ofrecen en esta serie.
¡Felicidades!.
Y por último, aunque no menos
importante, la música de Federico Jusid, magistral, con temas
ambientales apropiados para la serie de la que se trata. La música
de piano de los créditos es muy bonita, y en general todos los temas
ayudan a crear ambiente tanto como la iluminación y puesta en
escena, ya sea en las escenas románticas, de suspense o de acción.
Estas últimas, sobre todo, destacan por su intensidad. Mi única
“pega” en este sentido es que mi tema favorito es... ¡el de las
cuñas publicitarias, que (creo) nunca se usa en la serie!. Pero
vamos, que tan redonda como todo lo demás, felicidades para
Federico.
En definitiva, serie que recomiendo a
todo el mundo, el mejor producto nacional que he visto nunca. De
verdad, aunque no os gusten las series españolas, dadle una
oportunidad. ¡Un diez para todo el equipo, podéis sentiros
orgullosos, felicidades!. Ojalá solo sea la punta de lanza, y otras
producciones sigan su estela... qué ganas de tener la tercera
temporada en DVD, de verdad (las otras dos ya las tengo, que conste).
¡Anda, un infiltrado! Pues no, soy yo con las dos primeras termporadas de Gran Hotel.
¡A ver si algún día me las firma alguno de los actores!
EDITO: objetivo conseguido!!!! Me firmaron en Tarazona Dani Pérez Prada, Fele Martínez... ¡y Megan Montaner!!! Os dejo una foto en detalle de su dedicatoria. ¡Muchas gracias, Megan!
Este es el artículo más largo que he
escrito hasta la fecha... espero no haberos aburrido, aunque si
estáis leyendo esto es que como mínimo habéis llegado al final.
Gracias por aguantarme, y hasta la próxima.
PD: Tiene su aquel escribir una crítica
pensando en la posibilidad de que la lea parte del equipo de la
serie... aunque espero que Amaia no mande un asesino a sueldo a mi casa...
Excelente articulo y denota gran conocimiento. Muy buena serie española al mejor estilo Agatha Christie. Mi único comentario negativo en esta serie fue que no lograron cerrar tantos temas abiertos. De los cuales muchos malos por llamarlos así, no afrontaron las consecuencias de sus actos. Al igual que muchas series exitosa terminaron en alargar temas que se debieron deferir antes, con el propósito de sumar capítulos innecesarios, Con actitudes de personajes poco reales.
ResponderEliminarMuchas gracias, a día de hoy sigue siendo uno de los artículos de los que me siento más orgulloso, y a juzgar por la cantidad de lecturas, gusta mucho.
EliminarY si, tienes razón en lo que dices, pero es lo malo de las cadenas, muchas veces exigen relleno que alarga innecesariamente... De hecho, me consta que esta serie iba a ser más larga pero se cerró por exigencia de A3.
Muchas gracias por tu comentario
Coincido plenamente en su apreciación sobre la serie. Realmente magnífica! No se que será A3 (uno no necesita saberlo todo),pero muy mal de su parte! Me hubiera gustado una cuarta temporada ya que fue sumamente entretenida y muy bien lograda!
ResponderEliminarA3 = Antena 3, la cadena donde se emitió en España. Muchas gracias por tu comentario :)
EliminarPersonalmente si me ha gustado, pero hay escenas un poco armadas en cuanto a la casualidad de las cosas, de dialogos fingidos acartonados, la musica definitivamente lo que menos me conecta, en mi concepto no corresponde para nada con lo que quieren transmitir y siente que la producciön se eleva a algo no relacionado con drama ni nada similar ... Es mas novela que otra cosa y como hacen ver al heroe desproporcinado de Olmedo... Pero bueno entretiene y me encanta el vestuario, algunas aspectos de la epoca y las mujeres oh que mujeres! Me encanta Belen, Alicia esos ojosss algo flaca pero bonita... En fin felictaciones
ResponderEliminarEl vestuario es extraordinario sin duda. Muchas gracias por comentar :)
EliminarEl vestuario es extraordinario sin duda. Muchas gracias por comentar :)
EliminarMaite si!! Excepcional
ResponderEliminarAyala genial y Javier adorable jeje
Maite si!! Excepcional
ResponderEliminarAyala genial y Javier adorable jeje
Comparto mi opinión de Gran Hotel:
ResponderEliminarhttps://esoqueamo.com/2017/11/11/gran-hotel/
Genial tu artículo!