jueves, 30 de agosto de 2012

La invención de Hugo

Ante todo, sé que normalmente critico estrenos de cine, pero tras ver esta película en DVD, considero que merece la pena ser comentada.

Hugo Cabret es un niño que vive en el París de los años 20, en una estación de tren poniendo en hora sus relojes. En su casa, guarda un misterioso autómata estropeado que no puede arreglar. Un día, por una serie de circunstancias, traba amistad con una niña y su padre adoptivo, quien guarda un secreto que hará ver a Hugo la importancia del autómata y, de paso, le hará encontrar su papel en la vida...

Que Martin Scorsese es un gran director todos los sabemos, pero que un hombre de 70 años se pueda reinventar como lo hace este hombre en La invención de Hugo, me parece algo admirable. Scorsese se pasa al cine familiar, y lo hace de forma magistral. La invención de Hugo no es solo una película para todos los públicos, es una demostración de que el cine no es solamente una máquina de hacer dinero, sino que tiene un objetivo claro que muchas veces se olvida: hacernos soñar, hacer que nos evadamos de la realidad y entremos en el mágico mundo mostrado en la pantalla, que nos riamos, lloremos, nos aterrorizemos, nos ilusionemos, en definitiva, nos emocionemos con lo que tenemos delante. Scorsese consigue esto y mucho más, en una historia tan absolutamente simple como brillante.

Porque La invención de Hugo no cae en la típica sensiblería de las películas infantiles. Siempre he encontrado un poco cargante que los guionistas de cine para niños asuman que sus espectadores son tontos. Un niño puede disfrutar de historias complejas (dentro de un límite, claro) si estas se le presentan de forma adecuada. Y esta, lo hace. No sé si Scorsese o John Logan hablarían con pedagogos o psiquiatras antes de hacer el filme o el guión (respectivamente), pero desde luego consiguen hilvanar una historia que te atrapa, te engancha, te hace disfrutar de principio a fin. Se puede ser gracioso sin llegar a hacer el payaso, y se puede ser entrañable sin llegar a la ñoñería, y Scorsese lo demuestra. Una historia sólida, disfrutable a cualquier edad, y cuyo interés no decae en ningún momento.

Otra de sus grandes bazas son las interpretaciones. Ben Kingsley está inconmensurable, para mí uno de los mejores papeles de su carrera, como ese anciano cascarrabias que a medida que se desvela su secreto, resulta progresivamente más entrañable, construye a su personaje a la perfección teniendo siempre en cuenta al espectador y sus reacciones. Su protagonista, Asa Butterfield, tampoco se queda atrás, este actor infantil ya demostró sobradamente su talento en El niño del pijama de rayas, aquí llena la pantalla, con esos enormes y expresivos ojos azules que le dan una inusitada fuerza al personaje de Hugo. Sin duda, la elección perfecta para el papel protagonista. Chloë Grace Moretz es otra de las grandes bazas del filme. Yo la descubrí en Kick-Ass, y me impresionó su talento para ser tan joven. Aquí lo confirmo. Una maravillosa actriz con mucho futuro por delante. Y atención a los secundarios, que no tienen desperdicio. Christopher Lee cambia de registro por completo en este film, ofreciéndonos un librero capaz de tocar el corazón de cualquiera pese a la brevedad de su papel, y Sacha Baron Cohen aporta el necesario contrapunto cómico, encarnando a un jefe de estación algo patoso con un perro más listo de lo que parece que seguro hará las delicias de los más pequeños. Quizás el único fallo que le vi a la película sea su excesiva presencia en la pantalla, yo personalmente habría eliminado algunas de las escenas en las que aparece este personaje, pero también entiendo que hay que ser consecuente con el público infantil, y que es necesario poner situaciones cómicas, de otra forma los más pequeños se agobiarían.

Todo esto, por supuesto, sin olvidar al genio que está detrás de las cámaras. Esta película es casi una autobiografía, Scorsese demuestra aquí que no sólo es un gran cineasta sino también un cinéfilo empedernido. Que cuando se sienta en una butaca de cine lo hace como nosotros, dispuesto a disfrutar, a soñar, a dejarse llevar y a comer palomitas. Que el buen cine no tiene edad, y que da igual los años en los que te encuentres con la magia, está ahí para ti siempre. Me quito el sombrero ante el trabajo de este hombre, que demuestra que el ingenio no tiene edad, y que se puede cambiar la forma de hacer las cosas sin que por ello se pierda un ápice de genialidad. Sin desmerecer sus trabajos anteriores, La invención de Hugo es una obra maestra, aunque claro, habría que preguntarse qué película suya no lo es...

Respecto a los efectos especiales, son tan maravillosos como todo el resto (ganaron el Oscar, no lo olvidemos). Y lo son porque, una vez más, demuestran una máxima de la que muchos cineastas de grandes presupuestos se olvidan: que los efectos deben estar supeditados a la historia, y no al revés. Tiene escenas memorables, como la del tren o la de las hojas volando, los 170 millones de dólares que costó la película están aprovechados hasta el último céntimo. Por otro lado, la fotografía es hermosísima (también ganó el Oscar), en la línea de Amelie o Delicatessen, con unas increíbles vistas de París, una estación de tren fabulosa y otros detalles, como la escena del reloj, una de las mejores de la película a mi juicio. Y qué decir de la banda sonora, casi omnipresente durante el film. Howard Shore compone una partitura acorde con el resto de la película, que nos muestra de forma perfecta las emociones y sentimientos de los personajes, y sirve tanto para amenizar, hacer reír y emocionar en los momentos justos.

Creo que hacía como diez años que no veía una película así, un rara habis destinado a paladearse cada cierto tiempo y dejarse atrapar por su compleja simplicidad. Mágica, maravillosa, inconmensurable, irrepetible, se me acaban los adjetivos para definir esta  obra maestra. Y tú, si no la has visto, ¿a qué esperas?.

4 comentarios:

  1. Lo siento Carlos, pero reconozco que soy un caso aparte en esto del cine, porque resulta que empecé a verla en DVD...y a los 10 minutos la quité. Solo vi toda la escena inicial de la estación, hasta que Ben le quita el reloj al niño.

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  2. se nota que te ha gustado muy mucho!!

    gracias por la información!!

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