sábado, 9 de noviembre de 2013

El juego de Ender


En una Tierra superpoblada donde solamente se permite tener dos hijos como máximo se ha permitido el nacimiento de Andrew "Ender" Wiggin, un niño destinado a convertirse en el general que acabe con la amenaza  de los insectores, una raza alienígena que estuvo a punto de aniquilar a la humanidad hace cincuenta años. A los seis años, el joven Ender es llevado a la academia militar situada en el espacio para empezar su instrucción.

Basada en la obra de Orson Scott Card, y con más de 20 años en gestación, es una de esas películas que he ido a ver esperando un espectáculo efectista en el que se carguen por completo el argumento de la novela, y he salido viendo justo lo contrario. Aunque no se adapta el 100% del libro (algo, por otro lado, casi imposible en una película de dos horas), obviando por ejemplo la historia paralela en la Tierra, sí se hace con suficiente maestría como para que el argumento del mismo quede claro al espectador. Algo que no sorprende si tenemos en cuenta que el propio Scott Card ha participado en el guión.

Debe ser porque el cine de ciencia ficción puramente comercial se está reservando para los superhéroes, pero El juego de Ender, al igual que la novela, se centra mucho en los personajes y no tanto en el efectismo. Quizás su único defecto sea que se centra demasiado en el coronel Graff, pero claro, si tienes un actor como Harrison Ford obviamente tienes que aprovecharlo. Aparte de él y de Ben Kingsley (algo desaprovechado a mi juicio), destaca Asa Butterfield, quien ya me sorprendió en la maravillosa La invención de Hugo y que aquí vuelve a protagonizar. Este joven actor encarna a Ender de forma magistral, no se puede pedir más a alguien de su edad, al igual que sus compañeros y rivales. Los pensamientos y emociones quedan perfectamente reflejadas tanto en niños como en adultos, al igual que en la novela, ya que Scott Card es un maestro de la descripción emocional.

En cuanto a los aspectos técnicos, pues eso, cumplen muy bien en una película que podía haberse convertido en un nuevo Star Wars y que se aleja mucho de esa fórmula. Banda sonora que se ajusta perfectamente al tono militarista de la historia, escenarios espectaculares y efectos especiales que, sin ser nada del otro mundo, cumplen perfectamente.

En resumen: el que espere ver una película de ciencia ficción de batallas espaciales y acción espectacular, que huya de esta película y vaya a ver Thor: el mundo oscuro, que seguro que saldrá mil veces más complacido. No obstante, el que espere un argumento sólido y una película de ciencia ficción profunda y centrada en las emociones, que entre a ver El juego de Ender. Como comentario final, decir que es curioso que una película de Gavin Hood, director de Lobezno inmortal, me haya gustado tanto. Mi opinión sobre este director ha subido mucho. Mi valoración personal, un 8.

1 comentario:

  1. Yo también creo que el director hizo un buen trabajo con esta adaptación y espero haya una segunda entrega.

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